Estaréis pensando : -Joooo.....errrrr como le da a esta un solo viaje en barco a Vigo!!!

Bueno bueno...ya no os daré mas la brasa con este tema!!. Al menos,hasta que no vuelva a ir en barco jajaja.

Siempre hay una anécdota en cada cosa que hacemos en la vida.En esta ocasión, mi aventura tocaba ya a su fin.Acababa de cambiar un aparato,me dieron uno nuevo,sin problemas.
Buen tiempo,el barco no está,habrá que esperarlo.
Y mira tu que suerte,pescadores en el muelle...Vamos para allá..
Yo aunque no lo parezca,soy tímido.Bueno lo soy por dentro.He aprendido a aparentar soltura y a echar un poco de cara en la vida. Tanto golpe,de algo tenía que valer.Con lo cual me viene a la mente,aunque no venga a cuento,"No hay mal que por bien no venga".

Pues allí estábamos,yo el muelle,los pescadores,la cámara y el sol.El momento era idoneo,y el señor pescador lo sabía.
Cuando yo deje la mochila en el suelo y saque la maquina,la bestia con un enorme 17-40mm,una obra divina que lleno con su cuerpo esbelto y tostado por el sol,los ojos de aquel pescador.Cuando la empuñé y encendí,cuando me la acerque a la cara y puse mi ojo en el visor,,,justo en ese momento,aquel hombre,aquel viejo lobo de mar,estación Marítima quiero decir, aquel Adonis senior con su larga caña,me vio.

Primero de soslayo.Luego directamente. Y sin cambiar lo mas mínimo su rostro surcado por arrugas,hizo ademán de lanzar el sedal al agua....
Pero sólo hizo el ademán.

Allí,con la caña en alto,el cuerpo levemente arqueado hacia atrás y girado hacia la derecha,piernas separadas...
Allí lo estaba, estático, músculos en tensión esperando el disparo del juez arbitro para empezar su ejercicio,como si de una falta a balón parado se tratase,nuestro hombre,posaba para mi como una modelo de Gaudí.

Frío,helado mas bien,me quedé yo viendo la escena. Por dentro me preguntaba a mi mismo: -Le gustará posar?? igual piensa que soy de la prensa....O por el contrario,estará acostumbrado a ver tanto fotógrafo,que ya estará curtido en mil batallas???

Cuando esta figura pétrea considero que ya lo había retratado,como si la maldición de Medusa se hubiese roto en ese mismísimo instante,su cuerpo reacciono.

Los músculos se soltaron todos en un breve latigazo,la curvatura volvió,despues de un breve balanceo adelante,a su pose natural. Y la caña volvió a descansar en sus manos,mientras el sedal se hundía en el mar.

Antes de montar en el barco,me despedí fotografiando el catamarán que estaba atracado en el muelle. Y cuando ya estabamos en movimiento,el barco que estaba en el dique de trasatlánticos.

Levemente desenfocado por el movimiento del barco al desplazarse,pero no todo tenia que ser perfecto como una última foto del atardecer.

Con la puesta de Sol,me despido hasta otro día Un saludo grande!!